Señora Directora General de Artesanía del Mincetur, Josefa Nolte.
Señora Directora de Capac Ñan del Ministerio de Cultura, Soledad Mujica.
Estimados amigos, parientes, colegas y discípulos, es para mi motivo de honda satisfacción el recibir este premio que corona una vida entera dedicada al arte y a la artesanía del humilde oficio de barro cocido, esmaltado y decorado. Fue mi padre, distinguido intelectual y artista, quien indujo a sus hijos por los caminos del arte y el amor por nuestra cultura nativa, poniéndonos en contacto con sus amigos artesanos y enseñándonos a modelar con arcilla.
Nunca pensé que llegaría tan lejos mi fascinación por la arcilla y el modelado al haber visto a un ceramista nativo de Raqchi hacer un pequeño aríbalo de rollos de arcilla ante mis atónitos ojos en el Festival Inkari de 1970 o el haber observado al maestro Amauta Edilberto Mérida modelando un hombrecillo al que con un brusco apretón le confirió una actitud dramática en medio de una lectura de poemas alusivos a la cerámica, en el Instituto Americano de Arte del Cusco.
En mis años de adolescente estudié en la Escuela de Bellas Artes del Cusco y participé en una exposición colectiva en 1972, desde entonces estuve ligado al quehacer creativo en el dibujo, la pintura, la escultura y la cerámica. Todo se completó cuando conocí la magia del vidriado en el taller del Amauta Ing. Carlos Ruiz Caro, mis preferencias artísticas y tecnológicas se volcaron hacia la cerámica. Mi padre consideró que yo debía seguir una carrera universitaria pues mi vida de artista sería muy dificultosa y pasaría etapas de escases y pobreza, agravadas por la bohemia. Por lo que ingresé en la universidad y estudié Ingeniería Química, mi afición por la arcilla me llevó a diseñar una pequeña planta para cerámica, que fue mi tesis de grado y el proyecto que ganó una subvención de Concytec, así pude trabajar un tiempo en la Universidad, pero los políticos destinaron los fondos a otros fines y tuve que dejar. Indignados por esos hechos los directivos de Concytec me dieron una subvención al desarrollo y trabajé mis primeros morteros, crisoles y refractarios de gres y porcelana para laboratorio que exhibí en la Tercera Feria Nacional de Ciencia y Tecnología en Lima. Un tiempo después, en 1993, gané por concurso una beca integral al Japón, para estudiar Cerámica y construcción de hornos de alta temperatura, ya a mi vuelta, trabajamos en el SENATI con mi esposa Ana María Enciso Coronado, recorrimos el país enseñando y capacitando. Al volver a Cusco instalé el taller Escuela Inca, en 1995. Entonces pude volver a mi vieja afición por el arte y la artesanía cerámica investigué con mis colegas y estudiantes formulaciones de pastas cerámicas, esmaltes y engobes, construimos un horno catenario para alta temperatura. Desde 1992 me interesé por la cerámica vidriada de tipo colonial, investigué su historia, tecnología e iconografía; con los años, se convirtió en una copiosa tesis que envié al concurso de Tenerife España y gané ese premio internacional en el 2006, desde ese momento, me vi colmado de reconocimientos como la medalla de la Asociación de Artistas Plásticos; el premio Khipukamayoq de la Corporación Khipu, la Medalla Joaquín López Antay del Congreso de la República 2015, Medalla Personalidad Meritoria de la Cultura 2016 del Ministerio de Cultura y ahora esta presea tan esperada que corona mis aspiraciones.
El Amauta era el filósofo creador, el maestro que cultivaba el intelecto, las capacidades y aptitudes de las juventudes incaicas. Es un alto honor llevar este distintivo y lo recibo como homenaje a la memoria de mis ilustres padres y maestros, y como ofrenda a mi tierra el Cusco, a mis paisanos, colegas y discípulos.
Lima, 30 de marzo de 2017
Julio Antonio Gutiérrez Samanez.(KUTIRY)
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